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5 poses de yoga para tu bienestar emocional

Uno de los mayores beneficios del yoga es que te permite trabajar en tus emociones. Si estás teniendo un día difícil algunas poses de yoga te ayudarán a sentirte mucho mejor, pues no es un mito que esta disciplina puede aliviar un dolor de cabeza, reducir el estrés y la ansiedad, entre muchos otros beneficios.

Posiciones de yoga que le ayudarán a tu bienestar emocional

No es necesario que seas una experta para lograr estos beneficios, algunas posturas en días difíciles podrán ser uno de los mejores tratamientos para combatir el estrés. Al mantener posturas durante largos periodos de 5-10 minutos, no solo el cuerpo se libera físicamente, sino que también logra encontrar una liberación mental y emocional. Para las personas que están trabajando en cuestiones de su pasado o situaciones actuales, esto puede ser increíblemente poderoso y sanador. 

El yoga es una herramienta para combatir el estrés y despejar tu mente.

Hemos reunido cinco posturas fáciles para esos días que necesitamos cambiar nuestro estado de ánimo que te ayudarán a conectar cuerpo, mente y energía:

1. Vrikshasana (el árbol)

Postura de yoga Vrikshasana (el árbol)

Esta postura es perfecta para que trabajes el equilibrio en todos los niveles. Tener que concentrarnos para mantener el equilibrio nos lleva a estar presentes y con la apertura de caderas lograrás liberar emociones.

Cómo hacerla: Al apoyar firmemente los pies en el suelo, dobla una rodilla hacia el pie opuesto y luego asciende gradualmente hacia el muslo interno contrario para generar una apertura en la cadera mientras mantienes la rodilla flexionada y el pie apoyado sobre la rodilla opuesta. Coloca las manos juntas en posición de plegaria.

2. Trikonasana (el triángulo)

Postura de yoga Trikonasana (el triángulo)

Esta postura simboliza la unidad, nos permite trabajar en la estabilidad y practicar el agradecimiento.

Cómo hacerla: Párate de pie y da un paso largo hacia el lado con la pierna derecha para separar mucho las piernas. Gira el pie derecho hacia afuera para que los dedos miren hacia afuera, mientras mantienes el pie izquierdo apuntando hacia adelante. Extiende los brazos hacia los lados y luego inclínate hacia la derecha manteniendo los brazos en posición horizontal, luego desciende hasta apoyar el brazo derecho en la pierna derecha. 

3. Bhujangasana (la cobra)

Postura de yoga Bhujangasana (la cobra)

Esta postura tiene un componente de desarrollo de la sabiduría, además de proporcionar flexibilidad y fortaleza en la zona frontal del cuerpo.

Cómo hacerla: Acuéstate boca abajo con las piernas estiradas y los pies juntos. Coloca las manos a ambos lados del cuerpo, justo debajo de los hombros, y asegúrate de que las palmas estén apoyadas en el suelo. Eleva la cabeza y el pecho, manteniendo los brazos ligeramente flexionados. 

4. Natarajasana (La postura del bailarín)

Postura de yoga Natarajasana (La postura del bailarín)

Esta postura trae una serie de beneficios mentales y espirituales. Con la apertura del pecho y de los hombros se activa el tercer centro energético: manipura chakra, y nos conecta con el momento presente y la energía cósmica.

Cómo hacerla: colócate de pie, con los pies juntos. Luego, ve doblando tu pierna izquierda hacia atrás, acercando el talón a los glúteos hasta que tu pie quede al alcance de la mano izquierda. Con esa mano, sujétate el tobillo por la parte exterior. Tira de la pierna alzada y abre el pecho, intentando que tu espalda trace un arco tan amplio como sea posible. Por último, extiende el brazo derecho hacia el frente.

5. Adho Mukha Svanasana (Postura del perro boca abajo)

Postura de yoga Adho Mukha Svanasana (Postura del perro boca abajo)

Esta postura te ayudará a reducir la fatiga, aportándote energía, además te estimulará el sistema nervioso. 

Cómo hacerla: Colócate en 4 apoyos, sobre manos y rodillas. Lleva tus manos un poco más adelante de la altura de tus hombros, ábrelas bien y apuntala los dedos de los pies en el suelo. Empujando con tus manos hacia el suelo, eleva la pelvis y lleva el peso hacia atrás, de manera que puedas estirar brazos y espalda apuntando las nalgas hacia arriba. Progresivamente y según tu flexibilidad, podrás ir extendiendo las piernas, dirigiendo los talones hacia el suelo, aunque no lleguen a tocar.